miércoles, 23 de julio de 2025

ÁFRICA ROMANA

Carthago había constituido en el pasado un gran Estado, del que había surgido una esplendorosa monarquía, que duró cinco siglos, para transformarse, después, en una larga y próspera república. Ésta, sin embargo, tras su derrota en la Tercera Guerra Púnica, fue desmantelada en el año 146 a.C. por la otra república rival del Mare Nostrum: Roma. 

Tras la conquista de Carthago, Roma creó su primera colonia africana, a la que denominó Africa, y puso bajo su mando, primero, a un praetor, y después, a un proconsul. El nuevo gobernador residía en Utica, ciudad próxima a Carthago, donde, tras ser destruida, se había levantado la prohibición expresa de construir nuevamente en ella, pues era una ciudad maldita. 

Para establecer los límites de la nueva provincia, se construyó la Fossa Regia, una larga zanja que unía las ciudades de Thabraka (actual Tabarca, Túnez), al norte, y Taparura (actual Sfax, Túnez), al sur. Al oeste de dicha fosa quedaron los reinos de Numidia y de Mauretania, ambos, reinos clientelares de Roma. 

En 46 a.C, el reino de Numidia fue conquistado por Roma y se convirtió en la provincia del Africa Nova, llamada así para distinguirla de aquella otra porción de territorio africano colonizado ya por Roma y que seguía denominándose Africa o, más bien, Africa Vetus

Cayo Octavio, también conocido como Cayo Julio Cesar Augusto o, simplemente, Augusto (emperador entre 27 a.C. y 14 d.C.), en el año 36 a.C. reunificó las dos provincias en una sola, y se constituyó el Africa Proconsularis. El reino de Mauretania sufrió una guerra civil y quedó escindido en dos reinos, pero Octavio, ya como emperador, logró también reunificarlo. Sin embargo, en lugar de convertirlo en otra provincia del Imperio, lo entregó a una dinastía númida aliada suya. 

La administración del Africa Proconsularis quedó, a partir de Octavio, en manos del Senado, que designó a un proconsul provinciae para dirigir sus asuntos administrativos y, sobre todo, para supervisar el envío del trigo africano a Roma. La parte más occidental de la provincia quedó bajo la autoridad de un legatus legionis, cargo que dependía del proconsul, pero que, en la práctica, era quien ejercía realmente el mando. Esta parte de la antigua Numidia permaneció siendo un territorio prácticamente autónomo. 

Con respecto al reino de la Mauretania, el emperador Claudio (41 d.C. - 54 d.C.) decidió anexionarlo para el Imperio en el año 42 d.C., y creó dos provincias en su territorio: la Mauretania Caesariensis, con capital en Caesarea, y, al oeste del río Muluya, la Mauretania Tingitana, con capital en Tingis (en ocasiones, también Volubilis). Cada una de ellas, y al tratarse de dos provincias de menor importancia que la del Africa Proconsularis, fueron asignadas a un procurator Augusti provinciae para su gobierno. 

Para defender las provincias africanas romanas de los pueblos nómadas del sur, Roma estableció un limes que se fue construyendo a lo largo del tiempo y bajo los reinados de diferentes emperadores. Era el Fossatum Africae que se extendió a lo largo de más de 750 km. El Fossatum no era una fortificación continua, como podía ser el muro de Adriano, en la Britannia, sino un conglomerado de vías, fosos y fortificaciones que se guarnecían con tropas y con soldados-campesinos. 

Durante el Imperio de Diocleciano (284 d.C. - 305 d.C.), Africa se remodeló tanto administrativa como militarmente. Así, el Africa Proconsularis se dividió en tres provincias: la Zeugitana (que era la Proconsularis propiamente dicha) y seguía siendo dirigida por un proconsul, aunque auxiliado por dos legati (uno en Carthago y otro en Hippo Regius); la Byzacena, ubicada más al este, con capital de Hadrumentum y regida por un praesses; y la Tripolitana, más al oriente, con capital en Leptis Magna y dirigida por otro praesses

La Numidia, por su parte, se dividió en dos: la Numidia Cirtense, al norte, con capital en Cirta, y la Numidia Militiana, más al sur y con capital en Lambaesis, ambas gobernadas también por sendos praessides

Después, bajo el mandato del emperador Constantino (306 d.C. - 337 d.C.), ambas Numidias fueron reunificadas, estableciéndose su capital en Cirta, que por aquella época había cambiado su nombre por el de Constantina

En esta época, se creó, también, una nueva Mauretania Tingitana, mucho más reducida que la anterior del mismo nombre y que pasó a formar parte de la Diocesis Hispaniae. Al este de la Mauretania Tingitana, la vieja Mauretania Ceasariensis se dividió, a su vez, en dos: una nueva Mauretania Caesariensis y, más hacia el oriente, una Mauretania Sitifensis. Las tres Mauretanias, igualmente, quedaron bajo el mando de sendos preassides

Todas estas provincias africanas quedaron integradas en la Diocesis Africanae que dirigía un vicarius, con categoría de clarissimus y con residencia en Carthago. La Diocesis Africanae dependía de la Prefectura pretoriense de Italia, Africa e Illiria, mientras que la Diocesis Hispaniae lo hacía de la Prefectura de las Galias.

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