jueves, 18 de marzo de 2021

SANCHO GARCÉS III, REX IBERICUS



De Miguillen, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=8463173



En 1005, en pleno período de disgregación de Al-Andalus, se inició en Pamplona el reinado de Sancho Garcés III (1005-1035), también conocido con el nombre de Sancho el Mayor.


El monarca más poderoso de su tiempo, y al que algún obispo de la época designó como rex Ibericus, Sancho logró consolidar el reino de Pamplona convirtiéndolo en el más influyente de toda la Cristiandad española, y contuvo en los Pirineos los avances musulmanes estableciendo una línea infranqueable de castillos, desde el valle de Funes hasta Murillo de Gállego y Loarre, de suma importancia estratégica.


Estuvo emparentado por línea materna con la nobleza castellana y con la leonesa, pues su abuela, doña Urraca Fernández, era hija del conde Fernán González de Castilla (931-944) y había estado casada con los reyes Ordoño III (951-956) y Ordoño IV (958-960) de León, antes de contraer matrimonio con Sancho Garcés II Abarca (970-994) en 962.


Sancho el Mayor siempre mostró más interés por conseguir imponer su hegemonía sobre los demás estados cristianos de la península que por acrecentar los límites de su reino a costa del califato.

 

CASTILLA


Durante la primera etapa de su reino, Sancho el Mayor mantuvo estrechos lazos diplomáticos con el conde de Castilla, Sancho García (995-1017), y contrajo matrimonio en 1010 con su hija doña Munia de Castilla.


Fruto de aquellas excelentes relaciones fue que en el año 1016 el rey pamplonés y el conde castellano suscribieron un pacto de concordia et convenientia mediante la cual se delimitaba la frontera entre Pamplona y Castilla poniéndose fin, en favor de Pamplona, a la disputa sobre el control de la zona de San Millán de la Cogolla, que desde la época de Fernán González había pretendido Castilla.


Cuando en 1017 murió el conde Sancho García de Castilla, su hijo García Sánchez (1017-1028) heredó el condado y Sancho el Mayor se convirtió en el protector del condado castellano, interviniendo a favor del joven hijo de su cuñado.


LEÓN


En 1023 el rey Alfonso V el Noble de León (999-1028) enviudó de su primera esposa y se casó con doña Urraca de Pamplona, hermana de Sancho el Mayor.


El rey pamplonés se convirtió en cuñado del rey de León y la política del primero con respecto a Castilla cambió radicalmente de signo. León aspiraba a dominar los territorios castellanos que se extendían entre los ríos Cea y Pisuerga. Sancho el Mayor acordó con su cuñado no intervenir en las acciones de éste sobre dichos territorios, al tiempo que él ocupaba la comarca castellana de la Bureba y el condado leonés de Álava, desde el río Oyarzun hasta el Nervión.


Luego, como una manera de asegurar sus fronteras, dividió el condado alavés en varios territorios creando un condado alavés mucho más reducido y dos señoríos: Vizcaya y Guipúzcoa.


Poco a poco, Sancho el Mayor convirtió a los nobles castellanos en dóciles súbditos al dar cohesión al desgobierno originado en el condado de Castilla como consecuencia de la muerte del conde y la consiguiente disgregación nobiliaria, implantando el imperio de la ley y estableciendo el sistema militar de las tenencias, que tan buenos resultados le estaba dando en otros territorios (las tenencias eran las plazas fuertes en las que las personas de mayor confianza del monarca, que normalmente ocupaban cargos palatinos, gobernaban in situ en nombre del propio rey, poniendo sus tropas a su disposición cuando aquél lo requería).


Sancho el Mayor consiguió imponer su autoridad sobre Castilla y propició el cambio de nombre de su esposa, que pasaría a llamarse Mayor, en lugar de Munia.


En 1028 murió Alfonso V de León y le sucedió su hijo Bermudo III (1028-1037). Sancho, que se había convertido ya en el adalid principal de los reinos cristianos peninsulares, buscó un arreglo matrimonial entre el reino de León y el condado de Castilla. Los pretendientes serían el conde de Castilla, García Sánchez, y la hermana de Bermudo III, la infanta doña Sancha.


Al año siguiente, la comitiva que llevaba al conde castellano a León fue asaltada por los hijos del conde castellano Vela y el joven García Sánchez murió.


Sancho el Mayor, apelando a los derechos de su esposa Mayor, reclamó el condado de Castilla.


El rey pamplonés, después de apresar a los Vela, ocupó la llanura entre el Pisuerga y el Cea y, aunque Bermudo III de León, de doce años de edad, quiso encender la llama de la guerra, su regenta y madrastra doña Urraca, hermana de Sancho el Mayor, le desaconsejó. En muchos textos de la época aparece la fórmula: reinando Sancho rey en León y en Castilla...


En 1032, Bermudo, habiendo ya cumplido los dieciséis años de edad y sabido rodearse de personas más fieles a él, aproximó sus tropas a las márgenes del río Cea, donde se hallaban las del rey pamplonés.


No llegaron a batirse porque Sancho el Mayor, en un nuevo arranque de diplomacia, consiguió negociar con el rey leonés una nueva alianza matrimonial entre la hermana de éste, doña Sancha, y su propio hijo, Fernando.


La boda se celebró por todo lo alto en al año 1033, y aunque parecía que el litigio entre ambos reinos iba a llegar a su fin, no fue así.


Las luchas continuaron hasta el año 1034 en que Sancho el Mayor entró victoriosamente en León y el obispo de Astorga reconoció al nuevo soberano.


Sancho el Mayor conquistó las comarcas de Zamora y Astorga, y el rey Bermudo III se recluyó en su reino de Galicia.


RIBAGORZA


La labor de Sancho el Mayor en las comarcas del sur de los Pirineos fue enorme.


Al este de la Jacetania, territorio que inicialmente se correspondía con el condado de Aragón, existía otro núcleo cristiano, aislado y de muy difícil acceso, que estaba emplazado en la cuenca del río Cinca y que se extendía desde las mismas cumbres del Monte Perdido y del Posets hasta la antigua población romana de Boletum (Boltaña): era el condado de Sobrarbe.


Este condado, sobre el que existe muy poca información, era territorio disputado por los condes del vecino Ribagorza, y Sancho el Mayor se apoderó de él sin mayores esfuerzos.


Posteriormente, haría lo mismo con el condado de Ribagorza. Tras la muerte del conde Guillermo Isarno de Ribagorza en 1017, muerte que se produjo mientras batallaba en el Valle de Arán tratando de someter a los araneses, los musulmanes de la recién creada taifa de Saraqusta atacaron el centro y el sur del condado de Ribagorza apoderándose de las poblaciones de Roda de Isábena y Santa Liestra.


Sin un conde en el gobierno y con los musulmanes amenazando seriamente la estabilidad del condado, la nobleza ribagorzana designó entonces como condesa a doña Munia, que era biznieta del conde Raimundo II de Ribagorza y esposa del propio Sancho el Mayor.


Éste último, alegando los derechos de su cónyuge, ocupó las cuencas medias de los ríos Ésera e Isábena.


El norte fue ocupado por Raimundo III de Pallars, que era primo hermano de Guillermo Isarno de Ribagorza y estaba casado con doña Mayor, la hija del anterior conde de Castilla, García Fernández (970-995), y tía, por tanto, de doña Munia.


Cuando Raimundo III de Pallars repudió a su esposa doña Mayor de Castilla, ésta se refugió en los valles de Sos y Benasque. Entonces, Sancho el Mayor volvió a hacer prevalecer los derechos de Munia sobre el norte del condado de Ribagorza e impuso finalmente su autoridad en todo el condado pirenaico.


Doña Mayor renunció a sus derechos en favor del esposo de su sobrina y el condado de Ribagorza quedó totalmente integrado en el reino de Pamplona.


GASCUÑA


Sancho el Mayor consiguió ejercer, también, su autoridad sobre el ducado de Gascuña, en el reino franco.


El ducado de Gascuña, dividido en una serie de señoríos (Bigorre, Comminges, Bearn y Labourd), estaba ligado a la dinastía pamplonesa desde finales del siglo IX a través del casamiento de la hermana del rey Sancho Abarca con el duque de Gascuña, Guillaume I.


La alianza se realizó como medida para prevenirse de los ataques de Almanzor por parte del reino hispano-cristiano.


La relación entre Sancho el Mayor y Sancho VI de Gascuña, hijo de Guillaume I, sería muy estrecha, como lo prueban varias donaciones a monasterios realizadas conjuntamente por ambos.


Este parentesco gascón movió a Sancho el Mayor a aprovechar la oportunidad de transformar a un ducado amigo en un ducado feudatario, y la ocasión se la brindó la disputa que el duque de Gascuña mantenía con el de Tolosa (Toulouse) por el control de los señoríos de Agen, Astarac, Comminges y Couserans.


Sancho el Mayor ayudó a Sancho VI a consolidar su poder sobre los mismos y, en compensación, el duque gascón juró fidelidad al rey de Pamplona. El ducado de Gascuña se convirtió así en feudatario de Sancho el Mayor.


Pero el rey pamplonés ambicionaba más todavía, y vinculó a su reino los territorios situados al norte del río Bidasoa, creando un vizcondado en la zona del actual departamento francés de los Pirineos Atlánticos, al frente del cual instaló a un tal Lope Sánchez.


Tras la muerte del duque Sancho VI en 1032, Eudes, hijo del duque de Aquitania, heredó el ducado de Gascuña y Sancho el Mayor, que por entonces se encontraba plenamente absorbido por la campaña de León, desistió de pujar por él.


LOS HIJOS DE SANCHO EL MAYOR


Sancho el Mayor murió en 1035, un año después de haber entrado en León. Había logrado expandir el reino de Pamplona-Nájera desde el antiguo condado de Ribagorza hasta las inmediaciones del reino de Galicia.


De su matrimonio con Munia, Sancho tuvo cuatro hijos (García, Fernando, Gonzalo y Bernardo) y una hija (Jimena).


Su primogénito García recibió un reino considerablemente aumentado por la zona occidental (la Bureba, la Vétula Castilla, el condado de Álava y los señoríos de Vizcaya y Guipúzcoa).


Fernando heredó el condado de Castilla, el cual había quedado muy mermado, aunque le correspondiese la fértil llanura entre el Pisuerga y el Cea.


Gonzalo, por su parte, con título de rex, adquirió el Sobrarbe y Ribagorza.


Pero Sancho tenía otro hijo, el mayor de todos, que era bastardo porque había nacido de sus relaciones con Sancha de Aibar antes de casarse con doña Munia: se trataba de Ramiro. Éste, había llevado el título de regulus (tratamiento que los reyes pamploneses daban a sus hijos que gobernaban la parte oriental del reino, es decir, el condado de Aragón) hasta el nacimiento del primogénito legítimo, que era García.


A García (García III Sánchez), apodado el de Nájera (1035-1054), le correspondió la tarea de ejercer la soberanía sobre los territorios de Castilla, Aragón, Ribagorza y el Sobrarbe, pero mantuvo disputas con dos de sus hermanos, Fernando y Ramiro, los cuales pretendieron reclamar como reinos los condados de Castilla y de Aragón, respectivamente.


Fernando (que ostentaba el cargo de conde de Castilla) se batió contra el rey Bermudo III de León, que había vuelto a ocupar el trono leonés, y le venció en la batalla de Tamarón (1037).


Muerto Bermudo, Fernando, que a la sazón estaba casado con su hermana, se convirtió en rey de León, con el nombre de Fernando I de León. Por su pretensión de hacerse cargo de los territorios que su padre había segregado de Castilla para anexionarlos a Pamplona, Fernando I y su hermano García III entraron en guerra, y en la batalla de Atapuerca (1054) García Sánchez III de Pamplona, el de Nájera, murió.


Fernando I anexionó para su reino todo el territorio disputado y sería el padre de los futuros monarcas Sancho II Fernández de Castilla, Alfonso VI de León y García de Galicia.


En Pamplona, el hijo de García Sánchez el de Nájera ocupó el trono con el nombre de Sancho IV Garcés de Pamplona, el de Peñalén (1054-1076).



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