martes, 2 de marzo de 2021

EL CONDADO DE BARCELONA: RAMÓN BERENGUER III EL GRANDE

By Nekto - Fitxer:Comtats catalans s. VIII-XII.svg, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=31281624

El conde de Barcelona, Ramón Berenguer III, hijo de Cabeza de Estopa, contrajo un total de tres matrimonios.


En 1103 casó con María, hija de Rodrigo Díaz de Vivar y viuda del infante don Pedro de Aragón y Navarra; en 1106, lo hizo con Almodis de Mortain; y en 1112 contrajo matrimonio con Dulce, condesa de Provenza y vizcondesa de Milhaud, Gevaudan y Rodez.


LA UNIÓN CON LA CASA DE PROVENZA

De este modo, la Provenza se unió a la casa de Barcelona y Ramón Berenguer III se convirtió en conde de Provenza, intitulándose marqués de Provenza en el año 1125.


Convertida la casa de Barcelona en una potencia muy importante al sur de Francia, Tolosa y Barcelona rompieron todos los lazos de unión que tenían hasta aquel momento y se produjo una larga guerra por la supremacía en la zona meridional de Francia, un conflicto que estuvo lleno de enfrentamientos, negociaciones y treguas.


En 1125, se firmó un tratado de repartición de la Provenza, según el cual al conde de Tolosa le fue reconocida la zona norte, que pasó a ser el marquesado de Provenza, y al conde barcelonés la Baja Provenza, la situada al sur del río Durance.


LA HEGEMONÍA DE BARCELONA

La posición del conde barcelonés en la Provenza, gracias a su matrimonio con Dulce, aumentó notablemente el poderío marítimo del condado de Barcelona. Muestra de dicho poderío fue la gran expedición marítima que se había llevado a cabo en el año 1114 sobre la isla de Mallorca, una expedición que el Papa Pascual II autorizó en concepto de Cruzada, y que, formada por contingentes barceloneses y franceses, así como por naves procedentes de Pisa, Luca, Florencia, Siena, Roma, Córcega, Cerdeña y Lombardía, salió del puerto de Barcelona para conquistar las islas Baleares (1115).


Pero la ocupación de las islas duró poco tiempo porque los almorávides estaban ejerciendo una presión tremenda sobre las fronteras condales y las escuadras barcelonesas tuvieron que regresar a la península.


Ramón Berenguer III el Grande consiguió la unidad política de todos los condados del noroeste peninsular bajo la hegemonía indiscutible del condado de Barcelona.


Mediante una activa política matrimonial, incorporó a la casa de Barcelona los condados de Besalú y Cerdaña, con todos sus dominios, con lo que los condes de Barcelona reunieron bajo su jurisdicción un vasto territorio que se extendía desde los Pirineos hasta las tierras del litoral.


Pero la práctica unificación de los condados de la antigua Marca Hispánica se pudo realizar también gracias al papel importantísimo jugado por el clero de la zona, que consiguió finalmente independizarse del arzobispado de Narbona.


TESTAMENTO DE RAMÓN BERENGUER III

En 1131 murió Ramón Berenguer III y, en virtud de su testamento, su hijo Ramón Berenguer (Ramón Berenguer IV) el primogénito de los ocho hijos que tuvo con Dulce de Provenza, heredó: el condado y obispado de Barcelona; el condado y el arzobispado de Tarragona (población que había sido recientemente conquistada y repoblada, y creada en ella un arzobispado); los condados y obispados de Gerona, Osona, Manresa, Besalú y Cerdaña; y los condados de Carcassonne y de Razés. 


Su hermano, Berenguer Ramón, el segundo de los ocho, heredó el condado de Provenza y los vizcondados de Gavaldá y Carlat, hecho por el cual la Provenza quedó definitivamente separada de Barcelona y su área de influencia.


Sin embargo, una gran porción del territorio de la antigua Marca Hispánica quedó reunido bajo el gobierno de Ramón Berenguer IV, quien uniría los destinos del condado de Barcelona al reino de Aragón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario